25' 20''. Ensayando con el protocolo de HRM

Hola
Llevo 25' 20'' y presento aquí mis experiencias lo más brevemente posible por si os pueden ser útiles.
Durante este otoño y parte del invierno me propuse interrumpir en periodos regulares la contemplación a fin de anotar los resultados tanto fisiológicos como anímicos y tratar de encontrar una correlación regresiva con los síntomas q idealmente se manifiestan siguiendo el protocolo de HRM. Tb he experimentado con el agua solarizada en plantas, animales y personas, e, influido por información relacionada con la llamada agua diamantina, con masas de aguas contaminadas, pero los resultados son muy parecidos o idénticos a los ya descritos por algunos de vosotros sobre los tres primeros tipos de sujetos. Si acaso, si se suscita diálogo sobre esto, ya hablaré en el hilo específico q tenemos. Solo adelantaré q, según mis pruebas, el agua solarizada es muy superior en todos aspectos con los q he ensayado a la "diamantina", y, si yo creyera en ciertas cosas, diría q es más consciente, o mejor aún, q es consciente.
Las suspensiones de la práctica las planeé para siete, quince y treinta días alternativamente, pero, a causa del tiempo atmosférico, siempre se excedían en un mínimo de tres días; pese a ello, las trataré aquí como si hubieran sido las ideadas. Los periodos de práctica q los separaban dejé q dependieran totalmente de la climatología, no eran regulares: en cuanto podía, salía al sol. Más recientemente, hube de suspender la práctica por otras razones, pero esto no afecta al periodo del que hablo ahora. Nota importante: durante todas las pruebas seguí tomando con regularidad el agua solarizada, porque me gusta, no por cuestión disciplinar.

En la suspensión de siete días no noté cambio alguno en ningún aspecto: sentía el mismo vigor en la práctica regular de ejercicio físico, y mis hábitos alimenticios no cambiaron en nada, ni en su orientación ni en su proporción.

En la de quince, comencé a comer algo más y aumenté 2,75 kg de peso. Empecé casi compulsivamente a comer pan a palo seco, disfrutando, mientras q en las comidas comía la misma cantidad, de pan y de lo otro, sin gran esfuerzo. El pan, normalmente, me lo hacía y me lo hago yo mismo en el horno eléctrico de la cocinilla o en los de leña de algunos amigos, amasándolo a mano; y aunque me sabía buenísimo, ya apenas consumía una hogaza por semana. Empecé a notar algo q en la fase siguiente fue el efecto central del experimento: empecé a aumentar las horas de sueño, en cualquier lugar y a cualquier hora (naturalmente, por conveniencia social, no podía satisfacerlo, quitando la noche, alguna sesión de cine u otro espectáculo y alguna siesta). Diré q había dejado de echarme siesta, aproximadamente —hablo de memoria— a los quince minutos cumplidos. Y mis necesidades de sueño andaban por las cinco horas (siempre necesité, como mínimo, ocho) como mucho. Empecé a notar tb q me flojeaba algunos días la voluntad para el entrenamiento físico (gimnasio y jogging; en verano, además, natación o pelota con pala, intensivamente). Otra cosa q empecé a notar es q me desagradaban notablemente los olores de ciertos alimentos q, aún en el día de hoy, consumo: la leche cruda o hervida (hoy la tomo en forma de fermentos) y el de los huevos crudos al romperlos. Mi capacidad de atención en actividades intelectuales y físicas estaba menguando (no me cabe ninguna duda de q me ha aumentado desde q practico el yoga solar, y ya era alta). Empecé a notar tb q el enfoque q daba a los embrollos de la vida cotidiana se estaba volviendo a parecer algunas veces al q solía tener antes de hacer yoga solar, generando rabia, frustración y toda la larga cola de miedos y prejuicios, pero, ¡atención!, dándome siempre cuenta de ello, lo cual me entristecía. Esto fue notablemente manifiesto en el periodo de treinta días. Es como si se estuviera quebrando por algún sitio, poco a poco, la confianza en q todo puede ir bien si se le deja.

En la fase de treinta días noté clarísimamente como la voluntad de cultivarme físicamente se estaba desmoronando. No tengo receptor de televisión en casa desde hace años, pero a la mínima q podía (en el hotel de turno, en casa de los amigos o en la Internet), ya estaba enganchado a programas muy concretos (así descubrí, valga la anécdota y aunque venga poco a cuento, la serie Museo Coconut, q no está mal, no; inciso: sí diré, q ese enganche no se debe a ninguna "frecuencia masónica" ni "illuminata": las hipótesis q circulan por ahí sobre la TDT no son veraces ni desde el punto de vista tecnológico ni neuro y bioquímico; el cerebro humano, abandonado a su propio instinto o entrenado en la linealidad racional de autoestima más elemental, es una cámara acorazada a prueba de violaciones de esa magnitud [si el poseedor del cerebro lo desea, claro], y esto sí está demostrado, y no en Internet ni en una universidad yanqui rimbombante). Las horas de sueño nocturnas fueron siendo cada vez más irregulares, lo q me hacía sentirme débil y somnoliento llegado el mediodía. A las nueve de la noche estaba hecho una piltrafa y, los fines de semana, el único deporte q hice fue dormir como el Oso Yogui todo lo q podía, q era menos de lo q yo quería, pues siempre están ahí las obligaciones sociales de ocio y lo q fuera. Por otro lado, llegué a ganar hasa 8,5 kg. Comía más q antes, bastante más, pero siempre en la misma línea vegetarianista (no me hice vegeteriano por convicción ni zarandanjas doctrinales, sino porque el cuerpo me pedía otras cosas; tal vez pq él sí entiende de esas "zarandanjas"). Eso sí, este me iba pidiendo dejar el kéfir y el yogur (conozco la postura vegetarianista de q el humano es el único mamífero q, erróneamente, sigue mamando a lo largo de su vida, pero no la comparto en absoluto), y, un poco menos, los huevos. Dejé casi por completo de hacer ejercicio, me daba una pereza terrible, lo q sí hacía era correr al aire libre al menos un par de días a la semana, por pura necesidad; es decir, volvía poco a poco a la época más baja de antes de practicar el yoga solar. En lo anímico —sería por lo irregular de las horas de sueño—, estaba en una actitud más pasiva allí donde solía ser activo. Y las circunstancias adversas eran más abundantes, más peliagudas y yo me sentía menos valiente para afrontar algunas, lo q me valió perder alguna q otra ventaja y oportunidad. Pero de todo esto me daba perfecta cuenta y, como digo arriba, me entristecía, aun sabiendo q era un experimento. Creo q lo q me molestaba era depender del yoga solar, como en una ocasión decía antonio41. Llegué un poco a perder el interés por el Foro, ojeándolo solo de vez en cuando, y me notaba a mí mismo, a veces, muy poco tolerante con ciertas opiniones vertidas en él, estando a punto de escribir respuestas q yo considerara "contundentes y aclaratorias".

Hay muchas cosas más, pero se trata de dar una idea solamente. La conclusión q yo saco de todo esto, ahora q he recobrado el ritmo —y con ello, los poderes q otorga esta disciplina del yoga solar, y lo digo así, completamente en serio y sin comillas—, coincidiendo con lo q han dicho otros compañeros del Foro, es q la continuidad, la disciplina en la práctica, es algo clave. Digo más: es la clave.

Hay un aspecto del q puede q escriba en el hilo q ya hay sobre ello y q he descubierto después de estos "huecos" intencionados q he puesto en medio de mi práctica: cuando hago la contemplación, igual q puedo orar (es una forma de hablar; orar no lo entiendo yo solo como rezar a la manera de las religiones), pongo intención en q esa sesión es mi comida, o mi cena o toda la comida de la jornada. Y me da resultado. Puede q eso sea lo q quiera decir HRM cuando habla a veces de lo de dejar de tener hambre. Hasta ahora no me he propuesto dejar de comer, nunca ha sido mi objetivo al practicar este yoga. Pero ahora, por cuestiones prácticas, estoy experimentando con esa intención/oración. Ya veremos.

Recibid un muy cordial saludo especialmente los q habéis recién llegado al Foro. Sed bienvenidos.

gaizka

gaizca:Hay un aspecto del q puede q escriba en el hilo q ya hay sobre ello y q he descubierto después de estos "huecos" intencionados q he puesto en medio de mi práctica: cuando hago la contemplación, igual q puedo orar (es una forma de hablar; orar no lo entiendo yo solo como rezar a la manera de las religiones), pongo intención en q esa sesión es mi comida, o mi cena o toda la comida de la jornada. Y me da resultado. Puede q eso sea lo q quiera decir HRM cuando habla a veces de lo de dejar de tener hambre. Hasta ahora no me he propuesto dejar de comer, nunca ha sido mi objetivo al practicar este yoga. Pero ahora, por cuestiones prácticas, estoy experimentando con esa intención/oración. Ya veremos.

yo:pues es lo que llevo diciendo años jejeje solo que cuando hice el ayuno y lo dije en el dia 9 pues lo descubri mucho mas profundo que antes y mucho mas rapido...que no hace falta el sungazing que si pones la atencion en el cuerpo y en conseguir energias hace lo mismo o mas que el sungazing (tb lo dijo hace poco otro pranico).lo que pasa es que yo no busco energias si no la iluminacion digamos por eso no me enfoco en eso ni en ser pranico...si sale solo o con mis experimentos por que me gustan pues ok..pero hay que hacer una meditacion y estar bien porque por mucho ayuno que hagas o mucho sungazing que hagas si estas tenso o lo haces por obligacion o etc es probable q consigas muy pocos resultados o nada o quizas hasta sea peor.

Gracias, antonio41:

No he seguido tus msjs del ayuno q estás haciendo pq ese tipo de cosas se me antojan un poco doctrinales, pero ahora los voy a leer -y los del resto de compañeros q lo han hecho y hacen- y ver si encuentro aclaraciones a algunas cosas. Lo q me dices aquí es ya bastante interesante, muchas gracias.

gaizka

Hola de nuevo, antonio41:

Estoy leyendo tu ayuno. Tienes buen sentido del humor, me he tronchado con algunos comentarios. Humor aparte, es una descripción minuciosa y directa, me está gustando. Sigo en ello.

Saludos

gaizka