Adicciones y el método de HRM

silale43 escribió:Hola, hoy estoy muy preguntona. Sucede que estoy muy entusiasmada con esta práctica que comencé hoy y quisiera saber si alguien tuvo la experiencia de dejar una adicción realizando la práctica. En mi caso soy fumadora y si bien he parado durante tres años con un grupo de autoayuda, hoy, por cuestiones personales, no ando con ganas de realizar trabajos en este tipo de grupos o terapéuticos tradicionales.
Por lo que leí, durante los primeros tres meses se logra el equilibrio mental para luego pasar al plano físico y por último, si uno lo elige, al espiritual.
Me gustaría saber si alguien tuvo un problema (que es de salud física y emocional al mismo tiempo) como este y como le fue.
Abrazo.
Sil

Hola:

Este hilo es continuación del de "Exponer comestibles, licores y medicinas al sol", le he cambiado el título porque este es más llamativo e impactante y lleva directo al grano del asunto; en Internet, generalmente, empezamos a leer algo (sobre todo si es texto largo) porque, primero, nos llama la atención del título.

He querido comenzar con una intervención de silale43 en 2009 porque es una forma de recuperar, siquiera testimonialmente, las aportaciones de todos los compañeros, colegas y viejos conocidos que fueron construyendo el Foro, hoy tan dormido y que, si no fuera por las escasas intervenciones de otros compañeros y por la labor pedagógica de Francisco de Sales  no sería más que un buen recuerdo.

Adicciones: Canadá.

No fue mi intención, nuestra intención, enseñar allí el método de no alimentación de HRM. Surgió a instancias de un líder indígena y del brujo del clan despues de casuales conversaciones sobre asuntos que tenían que ver más con el registro minero y la red de transporte aéreo que con la sanación o la salud, y mucho menos la espiritualidad.

Yo enseñé el método a mis acompañantes blancos (aclaro que el término "blanco" se refiere en este contexto a los no indígenas, aunque estos sean estadounidenses negros, como alguna de nuestras compañeras) durante un par de semanas, pasadas las cuales nos abordaron estos dos hombres en nuestro campamento. Y a partir de aquí empezó todo. Digamos que el método fue testado por ambos y aprobado por la autoridad espiritual del clan tribal.

La elasticidad de nuestro horario en el verano subártico nos permitió hacer un grupo de mañana y otro de tarde. Las enseñanzas se transmitieron siempre en inglés, pero hubiera dado lo mismo que se hubieran hecho en chino mandarín, porque un día hice el experimento de hacerlo en euskera y los participantes captaron los conceptos prácticos perfectamente, sin entender ni jota, evidentemente. (Este es un fenómeno que no es raro en la investigación antropológica, muy interesante pero del que no hablaré hoy aquí; sí más adelante si se presta el asunto).

Tras unos escasos días de prácticas, el jefe nos transmitió la petición del brujo de incluir a los miembros que presentaban adicción al alcohol (algo muy habitual en los antiguos territorios indígenas expropiados con intervención estatal). Se aceptó plenamente. Se fueron incluyendo nuevos cambios en el grupo y en el método HRM en sí, siempre a petición del brujo (por favor, que nadie piense en el término "brujo/bruja" como un occidental o musulmán educado en las religiones monoteístas; el brujo, la bruja, son mediadores espirituales, facilitadores con un entrenamiento de por vida, y siempre inclinados a ayudar a su pueblo incluso con peligro de su vida; otra cosa son los hechiceros y la magia negra; pensad en don Juan, de Carlos Castañeda, como perfecto ejemplo de brujo). Se empezó --ojo al dato-- con la inclusión de la carne y las harinas; luego de los frutos, azúcar (siempre refinado) y mieles (de abeja y de árboles, o "siropes"), luego del pescado, y más cosas que ahora no son importantes. Carne-harinas-dulces naturales y artificiales-pescado.

El alcohol fue el penúltimo ítem; y las medicinas, el último.

Las peticiones del brujo siempre fueron precedidas de una revelación metafísica consciente. Este hombre dijo conocer metafísicamente a HRM y nunca mostró interés por verle en nuestros ordenadores, todo lo contrario del jefe, que se sorprendió mucho. A mí lo que me sorprendió fue este tipo de declaración, pues HRM siempre ha querido mantenerse en el más estricto marco experimental científico, sin concesiones a aspectos espirituales no definibles desde una lógica empírica o filosófica; nunca, que nosotros supiéramos, había hablado de conexiones espirituales con otros individuos.

Las peticiones del brujo siempre fueron transmitidas indirectamente a través del jefe. El brujo no llegó a hablar nunca con ninguno de nosotros, ni siquiera cuando estaba con nosotros, es decir, sí lo hizo, pero no fue un diálogo, sino un rito unidireccional de despedida y agradecimiento y declarativo, repito, y declarativo: reconoció el "gran poder de la enseñanza de nuestros ancestros rescatada por ----------" (el nombre que él dio a HRM y que es secreto, e ininteligible para nosotros en términos lógicos). El brujo participó en todas y cada una de las sesiones, y todos pudimos ver un cambio psicológico y físico perceptible en él. De ser un tipo inexpresivo, malcarado y muy desconfiado (con razón, lógicamente) del blanco, y pesimista respecto a la situación de su gente, pasó a convertirse en motor de un cambio. Su vestimenta ritual cambió en detalles muy importantes para quienes entendíamos su significación antropológica: eran los aditamentos que se visten en una larga marcha migratoria. (Este aspecto lo he hablado con algún conocido que entiende en antropología y le da exactamente el valor que tiene: el de un gran cambio de tendencia en el grupo). Yo lo llamo revolución indigenista subártica. Ningún líder indígena menciona, por respeto, a HRM por su nombre, y mucho menos emplea la expresión sungazing para referirse a esta práctica de no alimentación. Desde entonces, dejé de llamarlo "yoga solar" o "sungazing" cuando hablaba con angloparlentes y pasé a llamarlo "el método de HRM". Ellos, en ese clan y su especie de consejo tribal, lo llaman, en traducción literal, "Abrázame, Gran Abuelo". HRM es objeto, seguramente sin que lo sepa, de bendiciones todos y cada uno de los días de estos grupos indígenas.

Hubo interferencias (me refiero ahora exclusivamente al grupo de blancos) en el desarrollo de la actividad, internas. Las legales fueron después. Como en todo grupo humano, los egos se manifiestan y han de redirigirse con inteligencia. Hubo quienes pretendieron ejercer --una vez más en la historia-- una labor misionera o pedagógica sobre los indígenas. Solo diré, para resumir muchísimo, que fueron ellos quienes nos enseñaron, al grupo de blancos y a los millones o cientos de miles de humanos que seguimos el método de HRM, las extensiones prácticas infinitas que este tiene.

De los resultados generales ya he hablado en la primera parte del hilo, "Exposición de comestibles...".

La aplicación terapéutica en grupo del método HRM la he puesto en práctica en entornos tan disímiles como grupos de estudiantes de enseñanza media y sus padres, grupos de jóvenes delincuentes en periodo de reclusión abierta y grupos sociales  filoterroristas islámicos marginales. Los resultados concluyen que la luz del sol transmite algo a nuestra mente que hace que seamos conscientes de cualquier pensamiento destructivo y autodestructivo. Yo no vivo de esto y nunca he cobrado ni un centavo de dólar, ni siquiera el coste de las instalaciones (esto es una actitud personal, no sé por qué lo hago, pero así me sale; y me parece fenómeno que haya hombres y mujeres que vivan de las enseñanzas y sí cobren por ello; me parece un detalle menor en cualquier caso).

El caso más aparente, curioso y, quizás, de más interés desde el punto de una enseñanza transmitida o revelada es el de los musulmanes. Los que siguieron en la práctica presencial decían algo muy típico de quienes leemos escritos tenidos por revelados (o, actualmente, canalizados): "Pero esto, ¿estaba antes escrito aquí?". Siempre lo estuvo, pero no lo veíamos. Aclararé que el apartar a muchachos varones y adultos de las creencias políticas grupales tiene un costo muy alto, y en un momento dado tuve que irme alguna vez con la música a otra parte, temiendo por mi vida. Pero la semilla quedó plantada y, me consta también, que se está enseñando en entornos muy hostiles musulmanes esta práctica, en Europa y en territorios suníes y chiíes. Debo aclarar que el Corán prohíbe (al igual que la Biblia y los evangelios) expresamente la adoración de la creación, y que el astro Sol es el símbolo supremo que resume en sí la creación. Nosotros sabemos que el método de HRM está muy lejos de ser adoracional o devocional siquiera, pero cualquiera le explica eso a un integrista enloquecido.

Un saludo, paz para todos