Existen miedos innecesarios

Existe el miedo de que las cosas sean distintas mañana, de que alguien muera, de caer en la quiebra, de quedarse sin empleo. Hay mil y una cosas que podrían cambiar. Estás cargado de miedos y ninguno de ellos es válido porque también ayer estuviste cargado de otros miedos innecesariamente. Lo más seguro es que las cosas hayan cambiado para ti muchas veces y, no obstante, sigues vivo. Además, los seres humanos tenemos una capacidad enorme para adaptarnos a cualquier situación.


Se dice que solamente los seres humanos y las cucarachas tienen esa enorme capacidad de adaptación es por eso que donde quiera que hay seres humanos, hay también cucarachas, y donde quiera que hay cucarachas, hay seres humanos. Van juntos, se parecen. Cuando los seres humanos llegaron por primera vez a sitios remotos como el Polo Norte o el Polo Sur, descubrieron que habían llevado las cucarachas consigo y estas estaban perfectamente saludables, viviendo y reproduciéndose.

Basta con mirar lo que sucede en el planeta: los seres humanos lograr vivir en miles de climas distintos y en situaciones geográficas, políticas, sociales y religiosas diferentes. Así ha sido durante siglos y aunque las cosas no cesan de cambiar, los seres humanos continúan adaptándose.

No hay nada que temer, ¿y si el mundo llegara a su fin? ¡Sería nuestro fin también! ¿Acaso creen que quedarán solos en una isla cuando el mundo se acabe? No se preocupen. ¡Al menos contarán con la compañía de algunas cucarachas!

¿Cuál es el problema si se acaba el mundo? Muchas veces me han preguntado acerca de eso y no logro ver el problema. Si se acaba, se acaba. No hay problema porque no estaremos aquí. Desapareceremos junto con él y no habrá nadie de quien preocuparse. Será la verdadera liberación del miedo. El fin del mundo significa el fin de todos los problemas, de todo desasosiego, de todos los nudos en el estómago. No veo el problema.

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: No trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo 6:25-34; Ver también Lucas 12:22-31)

Completamente de acuerdo,
el miedo está muy bien para el guión de las películas,
el/la que consigue vivir el presente no tiene tiempo para pensar, tener miedo, ansiedad, depresión, etc.