Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 108 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 108 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 392 durante el Jue 18 Oct 2012 - 7:22
Conectarse
Buscar
LOS MARTES A LAS CUATRO
Página 1 de 1.
LOS MARTES A LAS CUATRO
LOS MARTES A LAS CUATRO
El rito es implacable: cada martes, aunque sea trece o festivo, se reúnen en su casa varias amigas a coquetear con el azar en largas partidas de cartas.
Ella, Luisa, hace tiempo que se dejó vencer por lo cotidiano, y se dejó arrebatar los sueños que antes rozaba con la mano, y permitió que la ilusión se volatilizara de un día para otro, o un día tras otro.
Se rindió demasiado pronto. Aguantó en la creencia del amor el breve espacio de tiempo que necesitó para darse cuenta de que su marido se había casado con ella para tener los asuntos domésticos y sexuales resueltos, y que ella se había casado con él para ingresar en el mundo de las mujeres matrimoniadas. “Maltrimoniadas”, dijo su ironía cuando tomó posesión de un puesto privilegiado en la vida de Luisa y se hizo indispensable para que ella no muriese de vergüenza. Su matrimonio fue una capitulación barata al destino.
Almudena comparte la misma desazón diaria y las mismas mínimas alegrías que le vienen de otra tarta de queso que le quedó bien o de saber que el fin de semana no lloverá.
Concepción, para más redundancia, es lo mismo pero con otras palabras.
Mar, es tan breve como su nombre.
Para este coro de amigas desencantadas la única nota festiva ocurre cada martes, a las cuatro, en casa de Luisa, cuando reúnen sus soledades en un fondo común insondable, los vacíos enmascarados, los fríos recalentados, y se ríen a plena desgana.
Si algún día, muy distinto de los demás, mágico por lo imposible, en una confidencia que siempre sería insólita, alguna de ellas dijera algo de lo que realmente siente, contaría que está muy lejos el día que le emigraron las mariposas del estómago, que hace mucho tiempo desde que las rodillas temblequearon emocionadas por última vez o que está muy distante el instante aciago en que la nada se asoció hasta el infinito con ella. Y todo esto podría firmarlo y afirmarlo cada una de ellas.
Las conversaciones de esas tardes de martes, fuera del ámbito vulgar de baraja mejor las cartas, ¿es que acaso ha repartido la mano de un cerdo?, ¿no eres capaz de darme un as de oros aunque sea por una sola vez?, ¿por qué nunca consigo una tanda buena?, son diálogos que se mueren de aburrimiento; si no son acerca de las ofertas del supermercado se refieren al descaro de alguna conocida o desconocida y de sus líos de pantalones.
A lo más que llegan, con esfuerzo cretino, pero manteniéndolo en secreto, es a morirse de envidia por esa que rompe lo cotidiano en los brazos de un amante.
Su moral cristiana se consuela con el hecho de no ser unas pecadoras como ella.
Ninguna se atreve a pasear a la luz su deseo clandestino de cometer una locura, cualquiera, abrirse de piernas ante todos los hombres del mundo, escaparse a un país que tenga firmado un pacto con el sol, mandar a la mierda -en voz alta y con mayúsculas- a ese idiota que la condujo al matadero del altar, emborracharse de lágrimas felices, de esas que hacen cosquillas en el lagrimal, tirarse por un acantilado y volar con pasión por los siete cielos de los siete mares... todo se queda en el hermetismo de los secretos que no tienen quien les pueda recibir.
La amistad de esas amigas es nada más un nombre mal empleado.
Son un club de náufragas que dicen que se comprenden y se quieren. Mentira, ya que lo único que tienen en común es que desertaron de su vida y no han vuelto a ser readmitidas, así que utilizan el cuerpo para poca cosa y la mente la desgastan en engañarse.
Matan la tarde del martes de un modo más amable que los demás días. Hacen el remedo de un pacto indestructible entre ellas que afirman que son hermanas más que amigas, mentira, sólo por el hecho de que cuando están juntas las cuatro repiten la consigna colegial: todas una, todas mosqueteras, todas contra el destino, todas inseparables, amén, y piensan que esa frase las redime de su pena y las convierte en especiales.
Cada una encuentra en la tarde del martes ese oasis artificial, ese mal menor, esa tramoya mal repintada, y rellena su corazón con ese falso cariño de garrafón.
A eso de las ocho la prisa entra al mismo tiempo en las amigas y tienen que salir corriendo, Dios mío qué tarde es, tengo todo por hacer y dentro de nada llegará ese idiota.
Le llenan el aire de las mejillas de besos desganados, y poco después barre las risas falsas que yacen muertas en el suelo, pulveriza el spray de matar vacíos, con aroma a vida, como prometen en el anuncio, y conecta la televisión para seguir suicidándose poco a poco.
Francisco de Sales
(Más poesías y prosa en www.franciscodesales.es)
El rito es implacable: cada martes, aunque sea trece o festivo, se reúnen en su casa varias amigas a coquetear con el azar en largas partidas de cartas.
Ella, Luisa, hace tiempo que se dejó vencer por lo cotidiano, y se dejó arrebatar los sueños que antes rozaba con la mano, y permitió que la ilusión se volatilizara de un día para otro, o un día tras otro.
Se rindió demasiado pronto. Aguantó en la creencia del amor el breve espacio de tiempo que necesitó para darse cuenta de que su marido se había casado con ella para tener los asuntos domésticos y sexuales resueltos, y que ella se había casado con él para ingresar en el mundo de las mujeres matrimoniadas. “Maltrimoniadas”, dijo su ironía cuando tomó posesión de un puesto privilegiado en la vida de Luisa y se hizo indispensable para que ella no muriese de vergüenza. Su matrimonio fue una capitulación barata al destino.
Almudena comparte la misma desazón diaria y las mismas mínimas alegrías que le vienen de otra tarta de queso que le quedó bien o de saber que el fin de semana no lloverá.
Concepción, para más redundancia, es lo mismo pero con otras palabras.
Mar, es tan breve como su nombre.
Para este coro de amigas desencantadas la única nota festiva ocurre cada martes, a las cuatro, en casa de Luisa, cuando reúnen sus soledades en un fondo común insondable, los vacíos enmascarados, los fríos recalentados, y se ríen a plena desgana.
Si algún día, muy distinto de los demás, mágico por lo imposible, en una confidencia que siempre sería insólita, alguna de ellas dijera algo de lo que realmente siente, contaría que está muy lejos el día que le emigraron las mariposas del estómago, que hace mucho tiempo desde que las rodillas temblequearon emocionadas por última vez o que está muy distante el instante aciago en que la nada se asoció hasta el infinito con ella. Y todo esto podría firmarlo y afirmarlo cada una de ellas.
Las conversaciones de esas tardes de martes, fuera del ámbito vulgar de baraja mejor las cartas, ¿es que acaso ha repartido la mano de un cerdo?, ¿no eres capaz de darme un as de oros aunque sea por una sola vez?, ¿por qué nunca consigo una tanda buena?, son diálogos que se mueren de aburrimiento; si no son acerca de las ofertas del supermercado se refieren al descaro de alguna conocida o desconocida y de sus líos de pantalones.
A lo más que llegan, con esfuerzo cretino, pero manteniéndolo en secreto, es a morirse de envidia por esa que rompe lo cotidiano en los brazos de un amante.
Su moral cristiana se consuela con el hecho de no ser unas pecadoras como ella.
Ninguna se atreve a pasear a la luz su deseo clandestino de cometer una locura, cualquiera, abrirse de piernas ante todos los hombres del mundo, escaparse a un país que tenga firmado un pacto con el sol, mandar a la mierda -en voz alta y con mayúsculas- a ese idiota que la condujo al matadero del altar, emborracharse de lágrimas felices, de esas que hacen cosquillas en el lagrimal, tirarse por un acantilado y volar con pasión por los siete cielos de los siete mares... todo se queda en el hermetismo de los secretos que no tienen quien les pueda recibir.
La amistad de esas amigas es nada más un nombre mal empleado.
Son un club de náufragas que dicen que se comprenden y se quieren. Mentira, ya que lo único que tienen en común es que desertaron de su vida y no han vuelto a ser readmitidas, así que utilizan el cuerpo para poca cosa y la mente la desgastan en engañarse.
Matan la tarde del martes de un modo más amable que los demás días. Hacen el remedo de un pacto indestructible entre ellas que afirman que son hermanas más que amigas, mentira, sólo por el hecho de que cuando están juntas las cuatro repiten la consigna colegial: todas una, todas mosqueteras, todas contra el destino, todas inseparables, amén, y piensan que esa frase las redime de su pena y las convierte en especiales.
Cada una encuentra en la tarde del martes ese oasis artificial, ese mal menor, esa tramoya mal repintada, y rellena su corazón con ese falso cariño de garrafón.
A eso de las ocho la prisa entra al mismo tiempo en las amigas y tienen que salir corriendo, Dios mío qué tarde es, tengo todo por hacer y dentro de nada llegará ese idiota.
Le llenan el aire de las mejillas de besos desganados, y poco después barre las risas falsas que yacen muertas en el suelo, pulveriza el spray de matar vacíos, con aroma a vida, como prometen en el anuncio, y conecta la televisión para seguir suicidándose poco a poco.
Francisco de Sales
(Más poesías y prosa en www.franciscodesales.es)
Francisco de Sales- Cantidad de envíos : 1696
Fecha de inscripción : 15/12/2012
Temas similares
» Cómo Hacer Realidad a Dios
» Todo el Conocimiento Está Adentro Tuyo
» La Importancia de los Cuatro Puntos
» UNO DOS TRES CUATRO CINTO
» 4 minutos 10 segundos y las emociones desatadas
» Todo el Conocimiento Está Adentro Tuyo
» La Importancia de los Cuatro Puntos
» UNO DOS TRES CUATRO CINTO
» 4 minutos 10 segundos y las emociones desatadas
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue 14 Nov 2024 - 17:46 por Francisco de Sales
» PARA PODER SOLUCIONAR UN PROBLEMA HAY QUE SALIRSE DEL PROBLEMA.
Mar 5 Nov 2024 - 17:31 por Francisco de Sales
» CÓMO SOLTAR EL DOLOR.
Miér 30 Oct 2024 - 6:22 por Francisco de Sales
» ¿QUÉ TENGO QUE ELIMINAR DE MI VIDA?
Vie 4 Oct 2024 - 16:40 por Francisco de Sales
» ES NECESARIO DESDRAMATIZAR LA VIDA.
Sáb 21 Sep 2024 - 17:21 por Francisco de Sales
» CÓMO RELACIONARTE BIEN CONTIGO
Jue 12 Sep 2024 - 16:16 por Francisco de Sales
» TAMBIÉN HAY QUE HACER UN DUELO POR LA VEJEZ
Miér 4 Sep 2024 - 16:51 por Francisco de Sales
» AMARSE ES CONSTRUIRSE UNA VIDA DE LA QUE NO SE NECESITE ESCAPAR CONTINUAMENTE.
Miér 28 Ago 2024 - 21:33 por Francisco de Sales
» LAS PERSONAS SON COMO SON Y NO COMO UNO QUIERE QUE SEAN.
Jue 8 Ago 2024 - 20:37 por Francisco de Sales
» HAY QUE SER MUY VALIENTE PARA SER FELIZ.
Jue 1 Ago 2024 - 17:04 por Francisco de Sales
» SABER LO QUE NO QUIERES PUEDE SERVIRTE PARA AVERIGUAR LO QUE SÍ QUIERES.
Dom 28 Jul 2024 - 20:17 por Francisco de Sales
» ESCAPA DE LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS.
Dom 21 Jul 2024 - 16:43 por Francisco de Sales
» NOS CONSTRUYEN LAS EXPERIENCIAS QUE VAMOS VIVIENDO.
Vie 5 Jul 2024 - 16:32 por Francisco de Sales
» CÓMO SOLTAR EL DOLOR.
Vie 28 Jun 2024 - 22:18 por Francisco de Sales
» LAS PERSONAS SON COMO SON Y NO COMO UNO QUIERE QUE SEAN.
Miér 19 Jun 2024 - 21:13 por Francisco de Sales
» LA MENTE Y DIOS.
Mar 4 Jun 2024 - 17:11 por Francisco de Sales
» NO TE TOMES NADA COMO ALGO PERSONAL.
Jue 23 Mayo 2024 - 22:14 por Francisco de Sales
» ¿QUÉ QUIERO PARA MÍ?
Jue 16 Mayo 2024 - 16:56 por Francisco de Sales
» ¿CUÁNDO VAS A DECIR BASTA?
Miér 1 Mayo 2024 - 17:51 por Francisco de Sales
» LOS PASOS QUE NO TE ATREVES A DAR, TAMBIÉN DEJAN HUELLA.
Vie 26 Abr 2024 - 16:30 por Francisco de Sales
» ¿TE ESCUCHAS A TI MISMO?
Vie 19 Abr 2024 - 14:38 por Francisco de Sales
» ¿PUEDES CAMBIAR A LAS PERSONAS QUE TE RODEAN?
Vie 12 Abr 2024 - 16:31 por Francisco de Sales
» ESCAPA DE LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS
Vie 16 Feb 2024 - 7:11 por Francisco de Sales
» SUFRIMOS MUCHO E INNECESARIAMENTE.
Lun 5 Feb 2024 - 18:18 por Francisco de Sales
» ES CONVENIENTE QUE TENGAS CLARO QUÉ ES PARA TI LA FELICIDAD Y QUÉ ES TRIUNFAR.
Jue 25 Ene 2024 - 18:15 por Francisco de Sales