Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 53 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 53 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 392 durante el Jue 18 Oct 2012 - 7:22
Conectarse
Buscar
TU PROBLEMA NO ES MI PROBLEMA
Página 1 de 1.
TU PROBLEMA NO ES MI PROBLEMA
TU PROBLEMA NO ES MI PROBLEMA
En mi opinión, nuestro deseo de ser “buenos” –de forma natural o por imposiciones religiosas o educacionales-, de ser amables y generosos, compasivos y caritativos, a veces nos hace malas jugarretas y acabamos perjudicándonos –innecesariamente- cuando pretendemos beneficiar a los otros.
Esto va a sonar fatal en la conciencia de quienes han sido educados en la creencia de que SIEMPRE tienen que ser obedientes y dóciles ante las peticiones de los otros, y ante sus necesidades, pero es conveniente partir de esta premisa cuando nos enfrentamos a una situación de petición de ayuda o favor por parte de otro:
SU PROBLEMA ES SU PROBLEMA.
EL PROBLEMA DEL OTRO ES DEL OTRO.
Si uno tiene esto claro –y no se ha escandalizado ya por las dos frases y ha salido corriendo-, le va a ser mucho más sencillo manejar este asunto a partir de ahora.
Hay muchas personas que descargan sus problemas sobre nosotros y nos responsabilizan de que se lo solucionemos. Y en demasiadas ocasiones, eso es lo que hacemos: nos agobiamos, padecemos, y estamos inquietos y sufrientes para poder resolver lo que tienen que resolver ellos.
Si uno comprende que el problema del otro no es su propio problema, mantiene la objetividad y perspectiva convenientes para poder ayudar con mayor efectividad, ya que el hecho de no estar implicado directamente le permite ver aspectos que desde la ofuscación del problema no se ven.
Hay preguntas y asuntos que pueden crear revoluciones internas de difícil conciliación y aplacamiento. Por ejemplo… ¿tengo que ayudar SIEMPRE y a TODOS?
Uno espera responder directamente y sin dudar lo que se supone que dicta la caridad cristiana: SÍ.
Pero… cuando uno sale perjudicado al hacerlo…¿tiene que hacerlo?
La respuesta adecuada la ofrecen la conciencia, la sabiduría, la justedad o la justicia, el corazón…no hay una norma estandarizada que sirva para todos los casos, ya que cada caso es distinto y uno ha de decidir con justeza ante cada uno de ellos.
Uno decide si desea implicarse voluntariamente y colaborar, o se da cuenta clara y directamente de que el otro pretende abusar, y entonces puede comprender –si quiere- que el otro tiene que resolver sus propios problemas. Volvemos a lo mismo.
No estoy en contra de ayudar a los otros, estoy a favor, pero… siempre y cuando uno no sienta que se están aprovechando descaradamente de él, y siempre y cuando uno no se sienta directamente perjudicado. Lo dejo a la libre decisión de cada uno, pero menciono que hay mucha gente que de un modo sibilino, sinuoso y casi furtivo, nos implica en sus asuntos problemáticos, nos responsabiliza de sus responsabilidades, nos trasplanta sus preocupaciones, y nos deja solos y al cargo.
Visto desde un punto de vista aséptico, ayudando a los otros les estamos perjudicando –pero exceptúo el caso de los impedidos o no capacitados para hacerlo-.
Al ayudarles, les estamos impidiendo que desarrollen sus propias facultades y potencialidades, su ingenio, su capacidad de resiliencia, las habilidades que todos debemos adquirir para poder manejarnos en esto que llamamos Vida. Sí, para ellos es más cómodo que seamos nosotros quienes lo hagamos, pero eso les lleva también a ser más dependientes e inseguros.
Al hacerlo, les privamos de la posibilidad de crecer en su intelectualidad, de progresar en manejo de sus emociones y sentimientos, de aprender más acerca de sus conductas.
Al hacerlo, estamos haciéndoles ver de algún modo que ayudarles es una obligación nuestra y ser ayudados es un derecho suyo. Es mejor que aprendan a hacer las cosas con su propio esfuerzo.
Al hacerlo, estamos aplicando nuestra experiencia y conocimientos para resolver ese asunto, y… ¿quién nos dice que nuestro modo es el apropiado para el otro? Sin querer podemos causarle más un perjuicio que un beneficio.
Por supuesto que esto de generalizar, como lo estoy haciendo, hace que estas sugerencias no sirvan para todos los casos concretos y personales. Trato solamente de dar unos puntos de vistas distintos, y luego cada uno es libre de aplicarlos o no, y cada uno decide si cree necesario ayudar o si puede enseñarles a pescar en vez de darles los peces.
Abogo más por no resolverlos –que lo hagan ellos-, pero sí puede ser conveniente acompañarles para que encuentren sus propias soluciones.
Este es un asunto complicado.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
Si desea recibir a diario las últimas publicaciones, inscríbase aquí:
http://buscandome.es/index.php?page=59
Si le ha gustado ayúdeme a difundirlo compartiéndolo.
(Más artículos en http://buscandome.es/index.php?action=forum)
En mi opinión, nuestro deseo de ser “buenos” –de forma natural o por imposiciones religiosas o educacionales-, de ser amables y generosos, compasivos y caritativos, a veces nos hace malas jugarretas y acabamos perjudicándonos –innecesariamente- cuando pretendemos beneficiar a los otros.
Esto va a sonar fatal en la conciencia de quienes han sido educados en la creencia de que SIEMPRE tienen que ser obedientes y dóciles ante las peticiones de los otros, y ante sus necesidades, pero es conveniente partir de esta premisa cuando nos enfrentamos a una situación de petición de ayuda o favor por parte de otro:
SU PROBLEMA ES SU PROBLEMA.
EL PROBLEMA DEL OTRO ES DEL OTRO.
Si uno tiene esto claro –y no se ha escandalizado ya por las dos frases y ha salido corriendo-, le va a ser mucho más sencillo manejar este asunto a partir de ahora.
Hay muchas personas que descargan sus problemas sobre nosotros y nos responsabilizan de que se lo solucionemos. Y en demasiadas ocasiones, eso es lo que hacemos: nos agobiamos, padecemos, y estamos inquietos y sufrientes para poder resolver lo que tienen que resolver ellos.
Si uno comprende que el problema del otro no es su propio problema, mantiene la objetividad y perspectiva convenientes para poder ayudar con mayor efectividad, ya que el hecho de no estar implicado directamente le permite ver aspectos que desde la ofuscación del problema no se ven.
Hay preguntas y asuntos que pueden crear revoluciones internas de difícil conciliación y aplacamiento. Por ejemplo… ¿tengo que ayudar SIEMPRE y a TODOS?
Uno espera responder directamente y sin dudar lo que se supone que dicta la caridad cristiana: SÍ.
Pero… cuando uno sale perjudicado al hacerlo…¿tiene que hacerlo?
La respuesta adecuada la ofrecen la conciencia, la sabiduría, la justedad o la justicia, el corazón…no hay una norma estandarizada que sirva para todos los casos, ya que cada caso es distinto y uno ha de decidir con justeza ante cada uno de ellos.
Uno decide si desea implicarse voluntariamente y colaborar, o se da cuenta clara y directamente de que el otro pretende abusar, y entonces puede comprender –si quiere- que el otro tiene que resolver sus propios problemas. Volvemos a lo mismo.
No estoy en contra de ayudar a los otros, estoy a favor, pero… siempre y cuando uno no sienta que se están aprovechando descaradamente de él, y siempre y cuando uno no se sienta directamente perjudicado. Lo dejo a la libre decisión de cada uno, pero menciono que hay mucha gente que de un modo sibilino, sinuoso y casi furtivo, nos implica en sus asuntos problemáticos, nos responsabiliza de sus responsabilidades, nos trasplanta sus preocupaciones, y nos deja solos y al cargo.
Visto desde un punto de vista aséptico, ayudando a los otros les estamos perjudicando –pero exceptúo el caso de los impedidos o no capacitados para hacerlo-.
Al ayudarles, les estamos impidiendo que desarrollen sus propias facultades y potencialidades, su ingenio, su capacidad de resiliencia, las habilidades que todos debemos adquirir para poder manejarnos en esto que llamamos Vida. Sí, para ellos es más cómodo que seamos nosotros quienes lo hagamos, pero eso les lleva también a ser más dependientes e inseguros.
Al hacerlo, les privamos de la posibilidad de crecer en su intelectualidad, de progresar en manejo de sus emociones y sentimientos, de aprender más acerca de sus conductas.
Al hacerlo, estamos haciéndoles ver de algún modo que ayudarles es una obligación nuestra y ser ayudados es un derecho suyo. Es mejor que aprendan a hacer las cosas con su propio esfuerzo.
Al hacerlo, estamos aplicando nuestra experiencia y conocimientos para resolver ese asunto, y… ¿quién nos dice que nuestro modo es el apropiado para el otro? Sin querer podemos causarle más un perjuicio que un beneficio.
Por supuesto que esto de generalizar, como lo estoy haciendo, hace que estas sugerencias no sirvan para todos los casos concretos y personales. Trato solamente de dar unos puntos de vistas distintos, y luego cada uno es libre de aplicarlos o no, y cada uno decide si cree necesario ayudar o si puede enseñarles a pescar en vez de darles los peces.
Abogo más por no resolverlos –que lo hagan ellos-, pero sí puede ser conveniente acompañarles para que encuentren sus propias soluciones.
Este es un asunto complicado.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
Si desea recibir a diario las últimas publicaciones, inscríbase aquí:
http://buscandome.es/index.php?page=59
Si le ha gustado ayúdeme a difundirlo compartiéndolo.
(Más artículos en http://buscandome.es/index.php?action=forum)
Francisco de Sales- Cantidad de envíos : 1674
Fecha de inscripción : 15/12/2012
Temas similares
» Sungazers, tengo un problema
» El problema de Harry...
» la dieta sana durante años y sin hacer ayuno no sirve casi para nada
» SI ALGO TE MOLESTA, ES TU PROBLEMA
» problema al mirar la pantalla del portatil mientras tomas el sol
» El problema de Harry...
» la dieta sana durante años y sin hacer ayuno no sirve casi para nada
» SI ALGO TE MOLESTA, ES TU PROBLEMA
» problema al mirar la pantalla del portatil mientras tomas el sol
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|
Vie 16 Feb 2024 - 7:11 por Francisco de Sales
» SUFRIMOS MUCHO E INNECESARIAMENTE.
Lun 5 Feb 2024 - 18:18 por Francisco de Sales
» ES CONVENIENTE QUE TENGAS CLARO QUÉ ES PARA TI LA FELICIDAD Y QUÉ ES TRIUNFAR.
Jue 25 Ene 2024 - 18:15 por Francisco de Sales
» RESPETA Y EXIGE QUE TE RESPETEN.
Lun 22 Ene 2024 - 16:59 por Francisco de Sales
» ANTES Y DESPUÉS: LA MUERTE Y LA VIDA.
Jue 18 Ene 2024 - 17:44 por Francisco de Sales
» CADA DÍA ME HE ALEJADO MÁS DE MÍ
Lun 15 Ene 2024 - 4:14 por Francisco de Sales
» NO PERMITAS QUE NADA NI NADIE TE HAGA DAÑO.
Mar 9 Ene 2024 - 21:47 por Francisco de Sales
» CON UNA AUTOAFIRMACIÓN CONSTANTE SE CONSTRUYE UNA AUTOESTIMA SÓLIDA.
Vie 5 Ene 2024 - 16:51 por Francisco de Sales
» DEJARSE ENCONTRAR POR DIOS.
Mar 2 Ene 2024 - 17:58 por Francisco de Sales
» SI YO HUBIERA…
Jue 28 Dic 2023 - 15:44 por Francisco de Sales
» CÓMO CONTROLAR LA MENTE.
Dom 24 Dic 2023 - 19:44 por Francisco de Sales
» LA INTROSPECCIÓN ES OBLIGATORIA EN LOS PROCESOS DE DESARROLLO PERSONAL.
Jue 21 Dic 2023 - 17:34 por Francisco de Sales
» HE COMETIDO EL PEOR DE LOS ERRORES: NO HE SIDO FELIZ.
Mar 19 Dic 2023 - 16:48 por Francisco de Sales
» DI ADIÓS A LO QUE NUNCA SERÁS.
Dom 17 Dic 2023 - 17:40 por Francisco de Sales
» CÓMO ES LA VIDA VIVIDA DESDE LA TRISTEZA
Mar 12 Dic 2023 - 5:41 por Francisco de Sales
» NO TE TOMES NADA COMO ALGO PERSONAL.
Lun 30 Oct 2023 - 17:58 por Francisco de Sales
» ESCAPA DE LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS
Mar 24 Oct 2023 - 22:03 por Francisco de Sales
» ¿QUÉ QUIERO PARA MÍ?
Lun 16 Oct 2023 - 17:38 por Francisco de Sales
» ¡CUÁNTO TIEMPO DE VIDA DESPERDICIAMOS!
Sáb 7 Oct 2023 - 17:59 por Francisco de Sales
» ¿TIENES MIEDO A TOMAR DECISIONES? ¿NO SERÁ QUE A QUIEN TIENES MIEDO ES A TI?
Miér 4 Oct 2023 - 22:21 por Francisco de Sales
» ¿QUÉ PUEDO MEJORAR DE MÍ?
Vie 22 Sep 2023 - 17:50 por Francisco de Sales
» TODOS TENEMOS QUE HACERNOS UN BUEN PLAN DE VIDA.
Sáb 16 Sep 2023 - 4:48 por Francisco de Sales
» ¿POR QUÉ NO TIENES AMOR PROPIO?
Mar 12 Sep 2023 - 17:04 por Francisco de Sales
» CUÁNTAS COSAS HE HECHO DESDE QUE NACÍ.
Vie 8 Sep 2023 - 1:52 por Francisco de Sales
» VIVIR MAL LA VIDA.
Sáb 2 Sep 2023 - 18:08 por Francisco de Sales